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Mostrando entradas de noviembre, 2011

Nanas para Elena

Hace unos diez años, a punto de nacer nuestra primera hija, le pedí a Alejandro que me ayudara a pensar cómo decorar su habitación. No se mucho de esas cosas, Oscar mi marido, menos; y además, en esa época me encontraba en una carrera contra el reloj intentando terminar la tesis de doctorado, así que mi cabeza no tenía espacio para pensar en cenefas de ositos. Alejandro, con la generosidad que lo acompaña siempre, me dijo que no me preocupara, que él se encargaría.  Así las cosas, apareció una mañana cargado con pinturas, pinceles, plásticos y espumas y nos despidió mientras salíamos con prisa a trabajar. No habían pasado 15 minutos y yo ya había dejado de pensar en Alejandro y en la habitación. Mientras conducía mi escarabajo rojo por las montañas bogotanas, pensaba en mi investigación sobre la violencia y la esquiva paz de este país; en la inequidad, en la injusticia y en lo difícil que se me hacía aceptar que mi hija nacería en un contexto tan complejo. Sentí miedo, el mismo miedo q